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Entrevista con Presidente César A. Morales |
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- Cómo se comparan sus sentimientos de recibir un llamamiento como misionero al recibir un llamamiento como presidente de la misma misión en que usted sirvió como misionero?
Debo de confesar que la emoción y los sentimientos de gratitud por ser considerados dignos de representar al Señor en tan honrado y sagrado llamamiento es de igual intensidad, siento las mismas emociones que en aquel entonces sentí al recibir mi llamamiento del Señor para servirle, sentir el amor de un profeta del Señor firmando ese santo y sagrado llamamiento, es algo indescriptible, en realidad lo sentí como algo tan personal y a la fecha conservo esa carta como algo significativo y especial en mi vida, esa carta me hizo recordar día con día el compromiso que había asumido con el Señor al aceptar el llamamiento, de ser su discípulo, su fiel servidor y no defraudarlo.
Sin embargo, la madurez y los milagros que la misión ha realizado en mi vida a lo largo de este tiempo que ha trascurrido tan velozmente, me hacen ver las cosas en otra dimensión y perspectiva, por supuesto no hay día que deje de pensar y comentar lo sagrado e importante que fue esa maravillosa etapa de mi vida, la influencia, el ejemplo y amor que recibí de mi presidente de Misión Richard Allred, han marcado el compromiso, será un alto honor para mí y mi amada esposa poder imitarles, y seguir esforzándome por obedecer sus tiernos consejos.
Siento que el estar ahora en su lugar, y ser el instrumento en las manos del Señor para edificar, fortalecer y hacer crecer su obra y la de cada uno de los misioneros, constituyen hoy día para mí, el milagro y la oportunidad de compensar, superar y aprovechar las experiencias del pasado para mejorar, de asumir la responsabilidad que requerirá de elevar y fortalecer espiritualmente a cada misionero y de la manera en que lo aprendí de mi presidente, en realidad Él y su esposa han sido para mí un vivo ejemplo y siempre estarán en mi corazón, les estaré eternamente agradecidos por las cosas que con tanto amor y energía nos enseñaron para lograr los milagros de la misión.
Nos sentimos muy comprometidos con mi adorada esposa de ofrecer nuestras vidas enteras al servicio de este sagrado llamamiento, de ser leales y fieles a nuestras autoridades, seguir sus consejos para lograr alcanzar el éxito que el señor espera de nosotros.
Es en realidad increíble que el señor con sus designios nos haya anticipado un sueño que siempre deseamos cumplir con mi adorada esposa, nos prometimos y comprometimos que al salir de las responsabilidades de cada uno de nuestros hijos, solicitaríamos como pareja realizar una misión en ese hermoso lugar, siempre le comentaba cuanta necesidad existía de ayudar a esas hermosas personas y la gran necesidad que existía de contribuir a edificar la Iglesia en esas bellas comunidades, esos mismos sentimientos me hacían sentir constantemente un genuino interés y compromiso de regresar ahí nuevamente, y el echo de pensar y saber que lo podríamos hacerlo juntos, ella, mi adorada y querida esposa como mi compañera, sobre pasaba el limite de mis emociones y mi gozo, que hermoso privilegio es ver cumplidos esos anhelados sueños.
Siempre he tenido el privilegio de que ella este a mi lado, cada asignación y llamamiento que he recibido del Señor, siempre he podido sentir su amor y apoyo en todas las cosas, es una mujer realmente maravillosa, con extraordinarios talentos y habilidades, madre de 4 hermosos hijos, nos gozamos plenamente de saber que ahora compartiremos juntos como pareja ese hermoso deseo de servir como misioneros.
En realidad fue muy emocionante y nos sorprendimos sobre manera cuando recibimos nuestro llamamiento , el saber que el Señor nos estaba asignando a regresar nuevamente al mismo lugar del cual había tenido el privilegio de servir, y más aún, bajo estas circunstancias especiales, era en realidad una emoción indescriptible, nunca nos imagine que sería de esta manera, que bendición, que privilegio el Señor nos da hoy de poder servirle y estar nuevamente a su disposición para apoyar su obra en ese bello lugar.
Sentimos tanto amor y aprecio por cada uno de los misioneros sin conocerles personalmente, queremos que sepan que haremos el máximo de lo mejor de nosotros mismos para ayudarles en su edificación y santificación, haremos nuestro mejor esfuerzo para ayudarles en fortalecer su carácter y prometerles que las bendiciones y promesas del Señor serán suyas, a medida que sean dignos y fieles, y se esfuercen por obedecer al Señor en todas las cosas que Él les mande, sabemos que de eso dependerá el que ellos puedan obtener y alcanzar el éxito prometido, el futuro de sus vidas dependerá del genuino interés que ellos pongan por mantenerse dignos y trabajar arduamente, testificamos con todo el amor y poder que poseemos que entre más y mejor esfuerzos hagan durante esta importante y crucial etapa de sus vidas, de servir a nuestro Dios con todo su corazón, alma, mente y fuerza, y estar dispuestos de ofrecer sus vidas enteras a éste loable servicio, de esa misma manera serán compensadas cada una de sus obras en su vida futura.
- La mayoría de los misioneros que visitan nuestro sitio web son del tiempo que sigue el tiempo de su servicio como misionero. Por favor describe para ellos como fue servir como misionero entre 1980 y 1982.
En realidad fue una época muy difícil para el presidente Allred y sus misioneros poder cumplir y lograr con plena satisfacción y libertad las metas que el Señor esperaba de nuestra misión, era de veras un serio compromiso, políticamente nuestro país estaba atravesando una época muy difícil con la subversión, y geográficamente los límites de nuestra misión nos hacían estar posesionados en las áreas de mayor conflicto, constantemente éramos afectados para poder cumplir con nuestros horarios, incluso, el presidente se vio comprometido a cerrar temporalmente algunas áreas por la intromisión y posicionamiento de las aldeas por donde solían incursionar los subversivos, sin embargo, era increíble ver la fe y fortaleza que nuestro presidente nos trasmitía, en todo momento recibimos -por su ejemplo- el apoyo y valor necesario para sobre llevar y vencer cada una de esas adversidades, recuerdo que estaba como líder se zona en el área de Sololá y Quiché, y tuvimos más de una vez enfrentar esa difícil situación.
La mayoría de las áreas donde me correspondió enseñar no contaban con luz eléctrica, usábamos lámparas de kerosén, no había agua en las comunidades y nos las teníamos que arreglar para bañarnos, nosotros hacíamos nuestra comida, lavábamos y planchábamos nuestra ropa con planchas de carbón, en realidad aprendimos mucho sobre el valor y aprecio por la vida, de todo cuanto el Señor nos bendice día con día, sin embargo hoy, y gracias a los designios del Señor, los acuerdos de paz en nuestro país nos han permitido disolver a las fuerzas armadas rebeldes, contamos con comunidades mucho más pacíficas y desarrolladas, en el sentido de encontrar más caminos, luz, agua y otras pequeños logros que han hecho posible enseñar con mayor libertad y tener una vida ligeramente más cómoda, aunque todavía hay mucho, mucho por hacer y ayudar.
- Cuál es la meta principal que querrá lograr durante su tiempo como presidente de nuestra misión?
Que cada misionero pueda sentir y palpar personalmente el amor puro de Cristo en sus corazones, que puedan experimentar la paz, el gozo y los efectos y trasformación que hace posible ese milagro que trae de servir y representar al Señor como sus discípulos para hacer posible la edificación de su reino sobre la tierra, que sientan que serán participes de contribuir al cumplimiento de las promesas hechas por el señor a los lamanitas, que florecerán como la rosa, y como esto hará posible la fortaleza de su fe y testimonio, no solo en sus vidas, sino en la de aquellos a quienes enseñen.
El crecimiento y fortalecimiento de su testimonio respecto a la veracidad del libro de Mormón y de la plenitud de su evangelio al estar contemplando ante sus ojos como el Señor cumple sus promesas, será algo tan gratificante y conmovedor que no podrán olvidar jamás en sus vidas.
Trabajaremos intensamente en ayudarles a comprender que a través de su dignidad y su purificación podrán reconocer la divinidad de éstas hermosas verdades, que será la única manera para que ellos puedan desarrollar un amor absoluto y genuino por Dios, su evangelio y las personas a las que les corresponderá servir, enseñar y bautizar, esto mismo hará posible que perciban la emoción que correrá por sus venas, al observar los milagros y los cambios en la vida de las personas al aceptar los convenios sagrados del Señor, al ofrecer sus corazones quebrantados y contritos depuestos a arrepentirse y entrar a las aguas bautismales.
Reconocerán que a través de llevar una vida digna, y de estar viviendo plenamente los mandamientos de Dios, cobrará en sus vidas un deseo genuino de hacer cualquier cosa que el señor les mande, no se preocuparán de sus comodidades antes que el de las personas a quienes les corresponderá servir, amar y cuidar.
Les ayudaremos a valorar el amor que tiene nuestro amado Padre Celestial por ellos y de cuanto el Señor los a bendecido por lo que tienen y poseen, por sus amados padres que les aman y apoyan, sus hermanos y cada una de las personas que les rodean, que puedan estimar y valorar las comodidades por las que el Señor les ha permitido gozar en esta vida, y la necesidad y empeño constante que deberán tener por su preparación y superación personal.
Que comprendan que a medida en que le sirvan con toda la energía de sus corazones al Señor, olvidándose de ellos mismos para servir y amar a sus semejantes, no importando su condición, no habrá cosa justa por la que el Señor no pueda concederles, harán posible las promesas y bendiciones que les han sido prometidas si son fieles, leales y dignos de recibirlas.
- Cuál fue el momento más chistoso o gracioso que recuerde de ser misionero en su misión?
Fue el primer día en el campo misional, recuerdo que recién llegado a mi primera área, después de un largo viaje en bus por terrecería y entrada la noche, por fin llegamos a una aldea llamada San Bartolo Aguas Calientes, entramos a la casa y todo estaba obscuro, habían otros misioneros esperándonos para tener nuestra reunión de distrito, todos hablaban en lengua Quiché e Ingles, me sentía confundido y notaba como gozaban de ver mi cara de espanto y mis expresiones al no poder entender absolutamente nada, encendieron la lámpara de kerosén Coleman, se realizó la reunión, hicieron una olla de fideos solo con sal y mantequilla, en realidad era lo mas feo que yo había probado, comimos todos, sin saber que más adelante sería nuestro platillo favorito y que sería parte de nuestra dieta diaria, -por fortuna uno de nuestros compañeros era buen cocinero y aprendí mucho de él, especialmente a cocinar los fideos de todas formas- luego bajamos un barranco a unas piletas o estanques de aguas termales que venían de las montañas para bañarnos, me comentaron que solo una o dos veces por semana podíamos hacerlo.
Recuerdo que llegué sudando y todo empolvado, ellos se prepararon y entraron cómoda y rápidamente a las piletas que tenían más o menos dos pies de profundidad, recuerdo que se sumergieron y cubrieron totalmente en el agua, podía observar como disfrutaban de esa experiencia, sin embargo, podía ver en sus rostros que estaban ansiosos que yo experimenta esa sensación, todos me miraban y estaban muy inquietos para que lo hiciera también, se reían de ver que no había modo de me acomodara y buscar un lugar apropiado para cambiarme y dejar mis cosas, ellos en realidad eran sumamente prácticos, -cosa que me estaba costando asimilar- por fin estaba en condiciones de seguir el ejemplo de ellos y me decidí adentrarme a las pilas, -según yo tal como ellos lo habían hecho- recuerdo que al meter mi pie en la pileta, inmediatamente tuve que sacarlo, en realidad era agua hirviendo, mis compañeros empezaron a reírse en extremo, y yo, con mi pie quemado y totalmente rojo no me quedo otra que sopórtalo, recuerdo que ese día tuve que prestar un recipiente para sacar agua de las piletas para enfriar el agua, al punto de soportarla y bañarme fuera de las pilas, en realidad me tarde una eternidad ese día, hasta que poco a poco me fui acostumbrando y lograr superar sin dificultad la temperatura de esas aguas termales.
- Cuál fue el momento mas espiritual que recuerde de su misión?
Me es difícil responder en tan pocas líneas tantas experiencias que experimente a lo largo de mi misión, sin embargo, debo de confesar que cada ves que teníamos un bautismo era para mí lo más sagrado y emocionante, las experiencias de nuestras reuniones de Zona y las visitas que recibimos eventualmente del Elder Richard Scott eran realmente indescriptibles y edificantes.
Recuerdo vividamente el privilegio que tuve de bautizar y enseñar con mi primer compañero a la primer familia de una área llamada Choquí, un caserío que pertenece a San Bartolo Aguas Calientes, en Momostenago-Totonicapán, con mi segundo compañero bautizamos a dos parejas más de esposos, - los hijos de los primeros miembros con sus esposas- ellos para asistir a la iglesia debían ir a una capilla prefabricada que quedaba en Nimsituj, a dos grandes barrancos de esa comunidad; tenían que subir y bajarlos para llegar a las reuniones de la Iglesia, en realidad les tomaba horas a pie llegar a la capilla, era hermoso ver la fe y la devoción de esas personas por buscar al Señor, la disposición de asistir a las reuniones y participar de los Sacramentos, era realmente conmovedor y sumamente espiritual, sin embargo, gracias a la fe y devoción de éstos primeros miembros, actualmente ellos cuentan entre la montañas con un edificio propio en esa comunidad y he podido ver como sigue creciendo.
De igual manera me correspondió el privilegio con mis compañeros de bautizar a los primeros miembros de la rama de Nahualá, que pertenecía a la Zona de Momostenango, -por ser de dialecto quiché- hoy día la mayoría de esos miembros siguen fieles y tienen una capilla formal para reunirse, hay dos unidades y no hay mayor gozo para un ex-misionero ver como el señor a bendecido la vida de esas personas, observar el crecimiento de esas unidades por los buenos líderes, misioneros y miembros que han llegado para fortalecerla.
Otra experiencia sumamente espiritual fue el día antes de terminar mi misión, bautizamos a las orillas del Lago Atitlán a una familia de 7 personas, fuertes, honorables y reconocidas en la comunidad de Santiago Atitlán, 4 de los 5 hijos salieron a la misión y han sido sellados en un templo del Señor los 5 hermanos, al igual que sus padres.
En realidad me es tan difícil ignorar cuantas hermosas experiencias espirituales pasaron en mi vida durante todo ese tiempo, basta con decir que ha sido la etapa más sagrada he importante de mi vida, les testifico con toda la energía de mi corazón que no hay, no existe manera de expresar y explicar lo que ese tiempo significará para un misionero, gracias a ese loable servicio me considero hoy día un afortunado esposo y padre, soy inmensamente feliz y estoy tan agradecido por que el señor me permitiera considerarme digno de servirle y ser tomado en cuenta para testificar y enseñar sus hermosas verdades.
- En vista del progreso que ha hecho la iglesia en Quetzaltenango y sus alrededores, que papeles piensa que tendrán los misioneros allí hoy día en comparación al tiempo en que usted sirvió allí?
La obra misional en la Iglesia es exponencial, creo que cada día hay más responsabilidad y compromiso de hacer crecer y agrandar a pasos agigantados la obra del Señor, hay muchas cosas por hacer y el tiempo cada día se hace más y más corto, puedo percibir y sentir que cada día que pasa Dios manifiesta su preocupación por acelerar el paso y lograr el cumplimiento de sus promesas, los misioneros deber de sentir cuanta responsabilidad el Señor a depositado en ellos y nosotros para hacer posible los milagro del crecimiento y las promesas en esas comunidades.
- Qué palabras diría usted a los misioneros pasados de nuestra misión? A los que actualmente sirven?
A los misioneros del pasado, es el mejor de mis deseos por que las bendiciones del Señor les hayan compensado ese extraordinario trabajo que realizaron mientras sirvieron como discípulos y misioneros de Cristo, representando dignamente a su Iglesia, y que durante todo este tiempo estén gozando y disfrutando de las bendiciones y promesas del Señor, por seguro sé que el progreso de cada uno de ellos ha sido el fruto y resultado de su buen trabajo de aquellos maravillosos años, de su perseverancia y fidelidad.
Les exhorto a que sigan firmes y dedicados en cumplir con cada una de sus responsabilidades, de atender y cuidar las asignaciones familiares y de la Iglesia, que sigan gozando de las hermosas bendiciones que cada uno puede recibir libremente a medida en que su fidelidad y aplicación de los principios y enseñanzas del evangelio sean en sus vidas su diario compromiso.
A los misioneros que actualmente sirven, les testifico que no habrá tiempo más hermoso y que pueda ser reemplazado durante esta hermosa época de sus vidas, que de la manera en que sirvan y sean dedicados y estén dispuestos a consumir dignamente sus vidas en este loable servicio de predicar el arrepentimiento, y llevar a las aguas bautismales a las personas de las comunidades donde sirven, les esperará una vida prodiga en merecimientos y bendiciones, no se imaginan el gozo y la felicidad que estos acontecimientos trajeron y han provocado en mi vida, me siento profundamente agradecido con el Señor por permitirme día con día disfrutar el resultado de las promesas que el Señor me prometió, he sido altamente favorecido con inmensas bendiciones, especialmente por la hermosa, fiel y dedicada esposa que me dio y los maravillosos hijos que nos ha confiado, somos una familia muy feliz y disfrutamos y gozamos cada día de nuestras vidas.
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