Historias: Aun siguen los milagros, dos años después.
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| Era Setiembre del 2000, me asignaron en el Area de Mañanitas a Elder Rodriguez de compañero. Que tipo!! Williams y Pali saben a lo que me refiero pues vivian con nosotros. Aprendí muchas cosas con él, sobre todo paciencia y mayor humildad. Hubo días muy malos, pero continuamos trabajando con la fe en que El Señor prepararía a sus escogidos y nos llevaría a ellos. Y así fue, llegamos a una casa buscando a unos miembros inactivos y los encontramos. Tenían 17 años de estar inactivos. Pero tenían un buen recuerdo de los misioneros (todos lo tienen!). Nos dejaron pasar y les animamos a volver a la Iglesia. Durante este tiempo de inactividad habían criado a dos hijos de más de 18 años que no sabían nada de la Iglesia. Empezamos a enseñarles, resultaron de oro!!! puro oro!!. A las pocas semanas se bautizaron. Llegamos a ser buenisimos amigos, durante el resto de la mision nos comunicamos y luego aqui desde casa nos escribimos regularmente. En diciembre del 2004, luego de 4 años de haberles enseñado y bautizado, decidimos mi prometida (ahora esposa) y yo ir a Panamá de luna de miel, y a presentarle a ella los lugares por donde habia sudado tanto caminando con mis compas. Deseaba que conociera a estas personas, Justo y Angélica. No pudimos encontrar su nuevo numero de teléfono y no respondió mi mensaje de correo electrónico. Era una lástima ir a Panamá y no poder verlos. Llegamos a Panamá, Carolina mi esposa conoció lugares donde había trabajado. El día antes de venir de vuelta a casa, deseaba poder encontrar la manera de comunicarme con ellos, pero resultaba imposible. Decidí orar y rogar al Padre que ya que no los había podido visitar, que les ayudará a sentir Su Amor, y el deseo de seguir activos. Antes de irnos de Panamá mi esposa y yo fuimos a un centro comercial a cenar. Saliendo de allí, escuché que alguien gritó..... Marín...... Y ahí estaba Justo, con una gran sonrisa, fue un enorme gozo verle y más aún el saber lo bien que se encuentra su familia y él. Es actualmente líder misional, se está preparando para casarce y los miembros de la familia siguen activos y con llamamientos. El Señor sabía lo que este encuentro iba a producir en nuestras vidas, una mayor motivación de seguir adelante en el evangelio, y la esperanza de que algún día se produzca ese mismo encuentro, algún día en La Eternidad. A pesar de los años de no ver a mi amigo, su rostro me era tan familiar. Ese noche leí lo algo que dijo el Presidente Benson, "Nada va a impresionarnos más al pasar al otro lado del velo, que ver cuan familiar nos es el rostro de Nuestro Padre Celestial y cuan bien le conocemos" ; Debe ser muy similar a lo que sentí ese día. Aún siguen los milagros, dos años después. |
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